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Mostrando las entradas de octubre, 2018

Otra vez con el cuento de la cadena perpetua

Hace dos años publiqué un  comentario  sobre uno de los pasatiempos preferidos de los colombianos: darles a nuestros presos el peor trato posible. La conclusión, que la vida nos recuerda cada vez que salimos a la calle, es que somos un país de mentalidad vengativa. Y en esa época todavía no habíamos visto la bilis que se regó alrededor de las negociaciones de paz. Por supuesto, el revanchismo es un  universal humano , pero en Colombia lo volvimos plato típico. Y como la venganza mueve a las masas, es un recurso ideal para el que quiere congraciarse con ellas. Ahora estamos viviendo el más reciente retorno del eterno caballito de batalla del populismo punitivo, el viento que hincha las banderas del pánico moral, la última en nuestra larga cadena de iniciativas torpes: la cadena perpetua para violadores y asesinos de menores de edad. Es una propuesta pésima que no va a solucionar absolutamente nada y solo va a conseguir hacer más bulto, tanto en los tribunales penales como en las la