Después de improvisar una horrorosa conferencia de prensa que todos los medios serios coinciden en llamar la cosa más extraña que han visto en sus vidas, Trump trinó que el New York Times, NBC, ABC, CBS y CNN eran "el enemigo del pueblo".
En segundo lugar, Trump muestra nuevamente su pésimo criterio en materia de fuentes informativas, llamando "noticias falsas" a los pilares más sólidos del periodismo gringo al tiempo que le hace ojitos al demente de Alex Jones (Infowars) y recluta para su equipo de trabajo al Supremo Señor Oscuro Steve Bannon (Breitbart), con lo que planta firmemente a la ultraderecha antiliberal más rabiosa en el centro de su programa de gobierno.
En tercer lugar, es trabajo del presidente proteger al pueblo de sus enemigos. ¿Qué se trae entre manos Trump cuando declara que la prensa es enemiga del pueblo? Lejos de mí sugerir que alguien con las capacidades cerebrales de Trump esté armando planes, pero Bannon, quien es el verdadero poder detrás del trono, ya ha expresado claramente su hostilidad hacia la prensa gringa, y no sería raro que estuviera preparando medidas gubernamentales para limitar su ejercicio.
Y en cuarto lugar, una nota puramente retórica, pero igualmente inquietante: según este trino, la prensa es enemiga del pueblo, pero no enemiga de Trump. Claramente Trump está admitiendo que sus intereses son diferentes de los del pueblo; en un país normal uno supondría que cualquier enemigo del pueblo es automáticamente enemigo de su líder. La única manera en que alguien puede ser enemigo del pueblo sin ser enemigo del presidente es que el presidente sea enemigo del pueblo. Con las palabras que ha escogido, Trump tiene más razón de la que él mismo advierte.
Del millón de gestos preocupantes de la Naranja Tiránica, este en particular me alarma. En primer lugar, una prensa independiente y dispuesta a criticar al gobierno es la primera línea de defensa de la democracia. Trump entró a la Casa Blanca creyendo que la prensa le debía pleitesía por su condición de figura pública, pero la verdad es que no es trabajo de la prensa facilitarle la vida a un presidente.The FAKE NEWS media (failing @nytimes, @NBCNews, @ABC, @CBS, @CNN) is not my enemy, it is the enemy of the American People!— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) February 17, 2017
En segundo lugar, Trump muestra nuevamente su pésimo criterio en materia de fuentes informativas, llamando "noticias falsas" a los pilares más sólidos del periodismo gringo al tiempo que le hace ojitos al demente de Alex Jones (Infowars) y recluta para su equipo de trabajo al Supremo Señor Oscuro Steve Bannon (Breitbart), con lo que planta firmemente a la ultraderecha antiliberal más rabiosa en el centro de su programa de gobierno.
En tercer lugar, es trabajo del presidente proteger al pueblo de sus enemigos. ¿Qué se trae entre manos Trump cuando declara que la prensa es enemiga del pueblo? Lejos de mí sugerir que alguien con las capacidades cerebrales de Trump esté armando planes, pero Bannon, quien es el verdadero poder detrás del trono, ya ha expresado claramente su hostilidad hacia la prensa gringa, y no sería raro que estuviera preparando medidas gubernamentales para limitar su ejercicio.
Y en cuarto lugar, una nota puramente retórica, pero igualmente inquietante: según este trino, la prensa es enemiga del pueblo, pero no enemiga de Trump. Claramente Trump está admitiendo que sus intereses son diferentes de los del pueblo; en un país normal uno supondría que cualquier enemigo del pueblo es automáticamente enemigo de su líder. La única manera en que alguien puede ser enemigo del pueblo sin ser enemigo del presidente es que el presidente sea enemigo del pueblo. Con las palabras que ha escogido, Trump tiene más razón de la que él mismo advierte.
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