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Mostrando las entradas de julio, 2016

La ignorancia mata, #3

Su Excelencia Reverendísima Alejandro Ordóñez ha pedido suspender la aplicación de la vacuna contra el VPH porque no se ha demostrado que esté libre de efectos secundarios. El Procurador cuenta con que se nos olvide que todo tratamiento médico tiene efectos secundarios, y el análisis riesgo/beneficio de las vacunas apunta abrumadoramente a la necesidad de seguir aplicándolas. En mayo la Academia Nacional de Medicina emitió protocolos actualizados para minimizar los posibles efectos adversos de la vacuna contra el VPH, pero ante las malinterpretaciones aclaró que la vacunación no se debe suspender. ¿Entonces qué quiere el Procurador? Recordemos que la moral cavernícola que este hombre representa se opone a toda estrategia médica que evite las consecuencias incómodas que a veces resultan de una vida sexual activa. El Procurador no nos quiere sanos; nos quiere célibes.

Golpe al tabaco

Da orgullo mirar a Uruguay. Se ha venido convirtiendo en el ejemplo de cómo manejar un país en este continente. Su última buena noticia es la victoria en el juicio que le entabló la poderosísima tabacalera Philip Morris porque la legislación uruguaya ahora exige que el 80% de la superficie de los paquetes de cigarrillos advierta sobre su riesgo para la salud y prohíbe el uso de términos publicitarios que den a entender que alguna variedad es menos dañina que otras. El caso de la lucha contra el tabaquismo es un interesante contrapunto al debate sobre las drogas: muchas sustancias son ilegales y no deberían serlo, mientras que el tabaco es legal y no debería serlo. Puesto que el tabaco no está sujeto al monopolio estatal que los partidarios de la despenalización piden para las sustancias psicoactivas, sirve para ilustrar el choque entre los derechos comerciales de una compañía privada (porque las leyes sobre el contenido de los paquetes de cigarrillos violan su propiedad intelectual

Lo que diga el patrón

El excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga explicó en una entrevista reciente que no ha renunciado a la dirección del partido Centro Democrático porque Uribe le ha pedido que no lo haga. Detengámonos un momento a considerar esa situación. Zuluaga sigue fiel a su vocación de muñequito de ventrílocuo, que exhibió durante su campaña presidencial y no ha sabido abandonar. El director del partido tiene un director del director. ¿Por qué el Centro Democrático no nombra a Uribe director vitalicio y se ahorra sus peleas internas? Todo miembro del partido sabe quién manda realmente. No haría ningún daño hacerlo explícito. Y cuando se muera Uribe, pueden hacer como en Corea del Norte y nombrarlo líder eterno. El problema es que en Colombia tenemos la rara tradición de que el jefe de un partido es al mismo tiempo su candidato presidencial, y Uribe ya no puede hacer eso. En cualquier otro partido colombiano, la plataforma del partido termina dependiendo del plan de campaña para cada elección.