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La sorpresa de los alimentadores

Para quienes no viven en Bogotá: el sistema Transmilenio es asistido por una flota de buses verdes que hacen recorridos pequeños en los extremos de la ciudad y distribuyen pasajeros desde y hacia las estaciones donde comienzan las rutas largas. Mientras que el ingreso a los buses rojos se paga con una tarjeta prepagada, el ingreso a estos buses verdes siempre ha sido gratuito.

Pero ya no. El gobierno distrital está anunciando cambios en las reglas de las rutas alimentadoras y ya no van a ser gratuitas. La gente de Peñalosa podría haberse inventado un montón de razones para explicar el cambio, pero la razón que escogieron dar es ridícula y no se puede aceptar.

Están diciendo que la gente tomó los buses alimentadores como transporte gratuito dentro de su propio barrio, pero esas rutas nunca fueron concebidas para ese uso.

Esa excusa no es creíble. Transmilenio existe desde el año 2000 y desde el primer momento en que los noticieros explicaron las rutas alimentadoras era obvio que un uso posible era recorrer distancias cortas en el mismo barrio sin pagar. A cualquier bogotano se le tendría que haber ocurrido esa posibilidad. La alcaldía tenía que haber anticipado que a los usuarios se les podía ocurrir esa posibilidad. Yo ni siquiera vivía en Bogotá en el año 2000 y a mí se me ocurrió esa posibilidad.

Las rutas alimentadoras son buses gratuitos que circulan por un mismo barrio. Y la gente las usa para circular gratis por su mismo barrio. Es el uso obvio. No puede venir la alcaldía después de 17 años a hacerse la sorprendida porque el público está usando el servicio exactamente de la manera en que fue diseñado. Que me den otra excusa para cobrar por esos pasajes, pero esa no se la creo.

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