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En México tienen la misma pelea

El diario The News reporta que el cardenal mexicano Norberto Rivera publicó en su boletín semanal una protesta contra el proyecto de ley sobre matrimonio igualitario que el presidente Peña Nieto viene promoviendo desde mayo. El lenguaje del cardenal nos suena muy familiar:
  • Que la palabra de Dios rechaza esos matrimonios.
  • Que no santifica ni crea vida.
  • Que causa daño físico, psicológico y espiritual.
  • Que los países que lo han aprobado han violado la libertad de conciencia y de expresión.
  • Que pone en riesgo la salvación de las personas involucradas.
Nada de sustancia, como era de esperar.

Lo que más irrita al cardenal es que el presidente se ha dicho católico y ha tomado la comunión, y aun así apoya a los gays. O sea que es un católico común y corriente, de los que más asustan al clero porque viven en el mundo real.

Es tan sencillo como esto: la Iglesia no manda sobre la sociedad. La Iglesia es apenas una de cientos de instituciones que tienen cada una su propia agenda, pero las normas que son comunes a todos tienen que basarse en principios más generales. Por ejemplo, que a toda la población se le garanticen los mismos derechos. Con todo lo que puede criticársele al señor Peña Nieto, al menos una cosa buena está haciendo.

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